EL AGUA, MODELADORA DEL PAISAJE
La red hidrográfica del territorio del Tajo Internacional está vertebrada fundamentalmente por el río Tajo y por cuatro de sus afluentes más importantes: ríos Erjas, Salor, Pônsul y Sever.
El Tajo es un río claramente mediterráneo, que presentaba unas fuertes avenidas en los meses de enero a abril, aún hoy día apreciable en los frecuentes depósitos de arenas que podemos observar a más de 20 m. de altura por encima del actual nivel del embalse. Esto junto a la altura de los pilares del puente de Alcántara nos da idea de la importancia de sus crecidas. A estas avenidas invernales se le contraponían unos marcados estiajes.
El río presentaba zonas de rápidos que alternaban con tablas más mansas, siendo ambas situaciones de vital importancia para la fauna piscícola, para el desove y para el paso del verano. Este régimen tan irregular se vio alterado a partir de los años setenta del siglo pasado por la construcción de diversos embalses. El de Cedillo es el embalse que se encuentra en el Tajo Internacional, convirtiendo el río en un lago artificial como en el resto de embalses de la cuenca.
Sin embargo, hemos de destacar algunas peculiaridades que debido al régimen de explotación del mismo lo diferencian de otros. Es muy frecuente que los embalses de aprovechamiento hidroeléctrico presenten a los largo del año una oscilación de las aguas muy marcada, provocando en sus márgenes una ceja de terreno estéril, totalmente desprovista de vegetación. En el caso de Cedillo, la oscilación de sus aguas es pequeña, lo que está permitiendo la recolonización de la orilla con la típica vegetación de ribera, esto confiere al embalse un aspecto más natural y parecido más similar al de un lago.
