MONSANTO
LA ALDEA MÁS PORTUGUESA DE PORTUGAL
Distinguida como la “aldea más portuguesa de Portugal” en 1938, y como aldea histórica en 1995, Monsanto es una experiencia inolvidable para quien la visita.
Encaramada en un cerro que se impone en el horizonte, la aldea de Monsanto posee un singular encanto, patente en sus abruptas calles empedradas y en la arquitectura de sus curiosas casas incrustadas en la roca. Decía Cardoso de Mata: “Nunca se sabe en Monsanto si la casa nace de la roca o si la roca nace de la casa”.
Los orígenes de Monsanto se remontan a la Prehistoria. En este monte, más cercano al cielo, se veneraron los dioses paganos durante miles de años, de ahí su nombre (Mons Santus, Monte Santo). Vestigios arqueológicos dan cuenta de la existencia de un castro lusitano y de la ocupación romana del denominado campo de San Lorenzo, al pie del monte. Varios pueblos ocuparon la aldea histórica y dejaron en ella su huella, aportando una enorme riqueza arqueológica, urbanística y cultural.
En lo alto de la montaña el Castillo de Monsanto (s. XIII), construido por caballeros templarios y declarado Monumento Nacional ofrece unas vistas impresionantes. En su interior, la capilla de Santa María del Castillo (s. XVII) se encuentra rodeada por un cementerio, cuyas sepulturas fueron excavadas en la roca. Debajo del castillo se encuentran las ruinas de la capilla de San Juan y San Miguel. Ya en el pueblo, destacan edificios religiosos como la iglesia de la Misericordia o la Iglesia Matriz o de San Salvador, o la Torre del Lucano o del Reloj, sobre la que corona una réplica del “Gallo de Plata” obtenido como reconocimiento a “la aldea más portuguesa de Portugal” en 1938.